Lo + Atrevido

No apto para menores.
En esta sección encontrarás relatos más atrevidos, solo aptos para aquellas personas dispuestas a dejar volar su imaginación, cerrar os ojos y que la mente haga el resto. Esperamos que os gusten y como no, que los disfrutéis.


¿Alguna vez has fantaseado? Nosotros creemos que sí...

La ducha (20/10/2023)


Ella estaba de espaldas a mí. El agua tibia de la ducha resbalaba por su cuerpo mientras apoyaba las manos en la pared. El gesto le hizo curvar la figura. Mi boca se aproximó cubriéndola de besos mientras mis manos se agarraron con fuerza a la suave piel de sus caderas.
Quería sentirla más cerca, que no hubiese aire entre nosotros. La excitación que todo su ser me producía no tardó en notarse. 

Deslicé mi mano entre sus piernas y pude sentir el tacto húmedo del deseo listo para adentrarme en él. 

Con tacto suave, conseguí que se girase, necesitaba verle los ojos estallando de placer. Con un movimiento preciso ya me sentía fundido con ella. 

Paré en mi embiste, dejé de besarla y poco a poco la recorrí con mi lengua hasta llegar a su sexo, donde pude notar la tensión de los muslos con cada lamida.

Sentí que empezaba a estar cerca del orgasmo cuando sus dedos se clavaron en mi nuca. La respiración se iba entrecortado y sus gemidos aumentaban de tono.

En el punto álgido del clímax, le di rápidamente la vuelta y la penetré de manera intensa. Ella me seguía  y el deseo que había sentido desde que entré en la ducha provocó que no tardara mucho en derramarme.

Un sonido grave salió de mi garganta y me desplomé sobre su espalda, abrazándola fuertemente deseando que el instante de placer y pasión durase un poco más.
Se dio la vuelta, tenía las mejillas sonrosadas, se agachó y saboreando la fusión de nuestros jugos, con una sonrisa pícara, me dijo que quería repetir.


Salimos de la ducha, nos dirigimos a la habitación y nos pusimos frente al espejo.

Siempre le había dado un poco de vergüenza su desnudez y empecé a acariciarla para que pudiera sentir mi tacto con todos los sentidos.
Me detuve en sus pechos, de un tamaño perfecto y comencé a pellizcarle los pezones.

Momentos después, la cogí en voladas y en un acto reflejo atrapó mis caderas entre sus piernas. Estaba tan húmeda... continué tan agitado que mi tensión se deslizó sin ninguna dificultad dentro de la palpitante vagina. 

Empezamos a follar sin pausa y de manera acelerada, hasta que se derramó en un grito que ahogó en mi cuello.

Nos dejamos caer sobre la cama, donde el calor de mi explosión inundó su cuero. Suspiramos fundidos en un abrazo, mirándonos con los ojos entreabiertos hasta que el sueño nos venció.






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¿Y si llegado el momento no deseas parar?

6  (22/07/2019)


     El erotismo y la sensualidad se apoderan de nuestros cuerpos. Parecemos dos jóvenes con ganas de besarnos y sentirnos a cada instante. Tu cuerpo no deja de buscar el mío, mi piel no deja de desear sentir tu piel. Nos miramos, nos oímos, nos besamos, nos olemos, nos acariciamos, nos amamos con los cinco sentidos y ya fundidos el uno en el otro, cuando ya no queda más cuerpo que poder tocar, nos abrazamos en el abrazo completo, por fuera y por dentro, lo estamos sintiendo. Estamos hechos el uno para el otro, encajamos a la perfección.

    Abandonamos momentáneamente ese abrazo para gozar de la visión que me regalas al dominarme, aunque en realidad soy yo quien te domina, quien dirige tus movimientos y te sorprende con los míos, quien acelera tu respiración, dilata tus pupilas, desborda tu corazón y eriza tu piel porque aunque crees que puedes parar yo no permito que lo hagas y sin previo aviso....uno más.

    Nuestras miradas se encuentran, nuestros dedos se enlazan, nuestros húmedos cuerpos desean seguir fundidos. Sonríes, guiñas un ojo, –¡6!– exclamas y te dejas llevar por esa sensación de abandono placentero que nunca podrás olvidar.






















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